Obertura

Berlin. diciembre 2001

lunes, 6 de diciembre de 2010

THE PHANTOM AFFAIR



SZ en el teléfono. Está desesperada. Su pareja hace tres días que no da señales de vida y, como es de origen árabe, teme que lo hayan arrestado o algo peor.
        –Sus amigos de Kreuzberg no saben nada de él. Tiene el celular desconectado. Hoy fui a su departamento, pero no encontré ningún indicio de que pasara allí la noche. La verdad, desde hace un tiempo, que lo vengo notando muy raro... Llega tarde, está distraído, ausente. Le hablás y apenas te responde. Hasta en la cama le cuesta concentrarse… Siempre fue un poco tosco, ¿sabés? Pero, últimamente, su comportamiento es tan misterioso que, entre otras calamidades, llegué a pensar si no tendrá una amante… La semana pasada, le revisé la mochila mientras dormía, y encontré un carta en su agenda. En el sobre, estaba escrito con marcador rojo:  “Si me abrís, tu vida…” No sé, no me acuerdo bien. Adentro había algo blando, pastoso… Como te imaginarás, no tuve el coraje de abrirla. ¿Qué querés que piense? ¡Ponéte en mi lugar! ¿Y si estuviese metido en el asunto ése del correo infectado? ¡Lo que me falta ahora, es estar saliendo con un FUNDAMENTALISTA! ¡Mierda! Te juro que me siento como la amiga de Carmen Maura, la que se entera por la tele de que su amante es un terrorista chiita… (Se escuchan gritos de fondo). ¡Ya metí todas sus cosas en una bolsa de basura, y las voy a tirar al Spree! ¡Te lo juro! ¡Dios, cómo pude ser tan  ingenua! Lo peor, lo que más vergüenza me da, es que sé todo sobre sus gustos eróticos, pero ni idea de su ideología política…¡Justamente yo que soy cero-promiscua! ¿Y si me llega a interrogar la policía, qué mierda voy a decir?, ¿que nos lo pasamos cogiendo  noche y día, y nunca hablamos sobre temas cómo política o religión? Supongo que a la policía alemana le dará igual, pero, no a mí…¡Estoy a punto de licenciarme en ciencias políticas!
(Ruido de helicóptero.)
–Además, ya sabés que todos los teléfonos en Berlín están pinchados… Basta que digas la frase “Estoy en el negocio”[1] para que se pongan a sonar alarmas por todas partes. Por las dudas te estoy llamando ahora desde un locutorio…
–Que me estás llamando desde una cabina…¿Escuché bien?
–Sí, ya te dije que estoy al borde del ataque de nervios. Poco me  falta para saltar del balcón y perder el zapato…Ah, y a propósito, dejá de mandarme mails con asuntos en clave cifrada, ¡por favor! La nueva reforma idiomática ha proscrito el uso del  verbo “ser”, conjugado en la primera persona del presente, el sustantivo “negocio” y el infinitivo “cargar”[2]. En Alemania, la desaparición del sujeto es un hecho lingüístico. En el futuro, hablaremos de nosotros mismos en segunda o en tercera persona. Te lo digo en serio, no estoy para “cargadas”. ¿Y yo qué sé, al fin y al cabo, que había adentro de ese sobre? Sólo me falta tener al cuello a la policía alemana… Aparte, desde que se descubrió que el ataque al WTC fue planeado desde Hamburgo, este país es un nido de espías. Parecen los tiempos de la Guerra Fría. Dirás que estoy paranoica, pero la última vez que me encontré con H, en un café de Kreuzberg, había un tipo raro, sentado cerca de nosotros. Me sonaba de alguna parte…Luego recordé que, el día anterior, lo había visto parado en la esquina de casa…
 Intenté calmar las aguas del culebrón terrorista.
 –Estás completamente paranoica. No entiendo cómo se te ocurre que H pueda estar metido en algo así…
En este punto, se echó a llorar y me confesó entre sollozos que, la última vez que vio a H, descubrió unos pelos rubios y largos en la solapa de su campera, pero que no se atrevió a preguntar nada, por miedo a que la dejase.
 —Bueno, los pelos rubios podrían aclarar no sólo su desaparición repentina, sino hasta lo de la carta…— digo—.
 Pero, se corta la comunicación y SZ ya no escucha.
              þ Mujeres al borde del ataque de nervios



Estoy harto de escanear el cuaderno, tengo hambre. Pido una pizza por teléfono. Enciendo un cigarrillo y me pongo a ver tele en la compu. Me entero de que Bush Junior se atragantó con una “bretzel”, mientras miraba un partido de fútbol (entre los Miami-Dolphins y los Baltimore-Ravens), y perdió el conocimiento. Pero se recobró enseguida, parece ser, para desgracia de la salud política del planeta. Los tele-buitres, con la excusa del desmayo, se lanzaron voraces sobre la “bretzel” que, en cuestión de segundos, empezó a pasar de boca en boca, dio vuelta al mundo y se globalizó, como en su tiempo el donuts. ¿Qué habrá pensado Osama, al enterarse de la noticia? Hasta el momento, el enemigo público número uno de la humanidad, no se ha hecho cargo de este atentado gastronómico contra el presidente norteamericano. “Los sueños más temerarios de Bin Laden son un juego de niños”, comenta el periodista, sardónico, “comparados con lo que consiguió en Washington una “bretzel” inofensiva”.
  Propaganda de pasta dentífrica.
 þ El efecto bretzel    


El chico de la pizza toca el timbre. Cuando vuelvo a sentarme, están poniendo una publicidad de seguros de vida: Allianz. Si, según la teoría del caos, el aleteo de una mariposa en Pekín puede producir, un mes después, un huracán en Texas, una bretzel capaz de desmayar al presidente de los Estados Unidos, ¿qué efectos devastadores tendrá sobre Afganistán?
Porque lo mismo que pasa con las catástrofes, ocurre al fin y al cabo con el terrorismo, leo del cuaderno negro. Su sin sentido radical reside en que, en ambos casos, se trata de una subversión violenta de la lógica identitaria del Imperio. En la sociedad del espectáculo, donde la política es TV-basura, la guerra un videojuego, y la vida o sucede en la pantalla, o no sucede, ¿el terrorismo “ejecutará” entonces el Opus Nigrum de las comunicaciones de masas, su “Más allá del principio del placer”? Lo informe –el caos, la anarquía, el terror, etc.– estaba antes que la información...El aleteo de esta mariposa fúnebre, en un futuro (perfecto) será imparable. Más allá de sus info-huracanes, ya no existirá ningún horizonte de sentido. Su dinámica catastrófica, opera en colaboración con una Fröhliche Wissenschaftspolizei (Policía de la gaya ciencia), que cuanto más sonríe a su pueblo inteligente, mejor vigila y castiga a sus “rehenes teóricos”. Cuando el futuro de la risa haya informatizado su inconsciente (cuando la expresión: la información lo es todo y uno no es ninguno” se incorpore definitivamente a la poshumanidad), para entonces, quizá viviremos felizmente uniformados, bajo una dictadura hilarante en la que todo, al fin, será informe: “Proceso” de datos. Los más graciosos trabajaran como informantes para la policía científica. Los microsiervos (informáticos, analistas de sistemas, programadores, publicitas, diseñadores etc.) nos enseñarán como “pensar diferente”; su interfaz será la más amigable. Los nuevos dioses del mercado reirán a las carcajadas, con una risa olímpica: totalmente verdadera. Los políticos,  radiantes, sonreirán a su pueblo cristalizado desde un videowall. La mayoría de los usuarios, alegremente, no se enterara de nada: Servicios “de Inteligencia”. Los informes, deformes, amorfos, perversos polimorfos,  trasformistas y los bastardos de la contra-información, abortarán su “diferencia” espontáneamente, en la papelera; reciclados en cabezas borradoras, su memoria compilará un expediente secreto X, como Topografía digital del Terror…(Aquí el manuscrito se interrumpe, y el resto de la página está llena de dibujos: calaveras, mutantes, enmascarados, mísiles; y una mariposa negra, disecada.)
þ Efecto mariposa


Efecto 11-S: el impacto de los aviones contra las Twin Towers, desató  huracanes de Justicia infinita, cuyo “eje del mal” estremece todavía el Planeta. Aún así, lo que verdaderamente nos aterró del atentado, quizás no haya sido tanto la masacre humana, como su hechizo cinematográfico: el icono del Towering Inferno, el derrumbe emblemático de los skylines, y el de la imagen internacional de la sociedad de consumo. Ese sujeto doble, especular, ese yo civilizatorio que las Torres gemelas reflejaban al mundo, estalló en mil pedazos, junto con su mega-monopolio de las apariencias. El atentado no sólo fue transmitido al aire, sino que antes de acontecer, ya “estaba en el aire”, ya era información. En cuestión de minutos, la caída del WTC se transformó en evento multimedia: El mensaje de los terroristas devino medio. Lo que vimos en el televisor, sin embargo, no fue lo que estaba pasando en Manhattan. La información era aquí el propio atentado. El hecho de que miles de personas perdiesen la vida ese día, la tragedia humana del 11-9, fue desvirtuada, virtualizada por la pantalla del acontecimiento, a nivel mundial. Cuanto más catástrofes se transmiten al aire, más insignificantes se tornan los hechos, hasta anularse finalmente bajo el efecto publicitario de la información (leo del cuaderno). Esas imágenes del terror, ya no se refieren a nada. Pierden su referente, su poder de designar una realidad  y una historia en debate; se convierten en “marcas”, en un mero negocio con la muerte, en religión de la catástrofe. (Aquí hay una fecha, y al margen de la página está escrito en el interior de un globo:) Tal vez, la única forma de prevenir el terrorismo, sea renunciando definitivamente a la información....
Terror preventivo: Guerra civil contra la humanidad....
 þ Panic Village



En la tele, un periodista informa ahora sobre el tragicómico atentado, ocurrido hace unos días en el vuelo Paris-Miami, de American Airlines. El terrorista, un joven de 28 años de Sri Lanka, fue sorprendido por su compañera de viaje, cuando iba encender con un fósforo, una mecha que sobresalía de su zapato. Los heroicos pasajeros, junto con la tripulación, ataron al hombre del zapato explosivo con cinturones y dos médicos le inyectaron un tranquilizante. El joven, que viajaba con un pasaporte británico, fue detenido después de que el avión aterrizase en Boston. En el interior del zapato, la policía  encontró algo parecido a una mecha y la sustancia explosiva …
           Un guión  magistral para una comedia sobre catástrofes aéreas.
           Bloque publicitario de la agencia de viajes TUI.
þ ¿Dónde está el piloto ?


Tiro la caja de pizza a la basura.  Llamo a CD, ¿qué pensará hacer esta noche? La línea está ocupada. Pruebo entonces al celular.  Me entero de que está en el Cinemaxx de la Potsdamer Platz, con P, su nuevo amor americano. Están a punto de entrar a ver la última de Star Wars, “El ataque de los clones”. P, fanático de la saga, fue al estreno disfrazado de Senadora Amidala. Se pasó casi un día entero haciendo cola para conseguir entradas, me cuenta CD, que no tuvo más remedio que complacer los caprichos galácticos de la Senadora. “Imagínate, hasta tuvimos una pelea antes de salir, porque quería que viniese vestido de soldado clon…”. Le sugiero que de malvado Darth Maul, se vería mucho mejor. “Claro y tú de Yoda…”. Pregunto si tiene pensado hacer algo después de la película. “Quedé con OM en ir a Matrix, pero no he podido localizarlo en todo el día y, además, no he conseguido nada de…." “Oye, mira, te llamo después de “El Ataque”, que estamos a punto de entrar a la sala y la senadora ya me está mirando mal... Adiós.”
Me preparo un J&B con hielo. Al pasar por el cuarto de C, pienso en llamar a la puerta, pero sigo de largo. Regreso a mi estudio, a seguir escaneando el cuaderno.En la pantalla aparecen ahora imágenes del Nivel Cero. El periodista informa sobre la pronta finalización de los trabajos de recolección de escombros,  y sobre el polémico proyecto de construir en esa ruina de la posmodernidad, una plataforma de observación para finales de este año.


Pausa. Visiten el Archivo Oscuro: Dark Force Rising .  

   


[1] En alemán: Ich bin im Laden.
[2] La conjugación del verbo ser en presente de la primera persona es: “bin”, y el verbo cargar: “Laden”, que como sustantivo significa también: tienda o negocio.

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